“No se señala el camino
mostrándolo con el dedo, sino caminando delante”
Proverbio macua (Mozambique)
Uno de los temas más apasionantes es, sin duda, el
relacionado con el deporte. En nuestro
país se institucionalizó el 6 de enero como la fecha para la conmemoración del
“Día del Deporte”. Hablar en el municipio Simón Rodríguez de la actividad
deportiva, sin mencionar al Prof. Juan Facendo, es como un amanecer en la ciudad,
sin el diario Antorcha. La historia del deporte organizado en El Tigre, tiene
el sello indeleble del Prof. Juan Facendo, quien acompañado por el amor de su
vida e inseparable compañera Rosa Elvira Torres de Facendo – están a punto de
cumplir sus bodas de oro –, fueron los precursores y protagonistas principales,
de la gesta heroica, que culminó con un período espectacular del movimiento
deportivo liceísta, el cual atrajo la mirada del gentilicio local, estadal,
nacional y buena parte del mundo. El epicentro de ese brillante movimiento
deportivo anidó en el Liceo Pedro Briceño Méndez. Antes, en El Tigre, lo que se jugaba eran las
populares caimaneras. La marcha del progreso en el deporte hizo presencia en la
ciudad del oro negro y el orgullo deportivo fue vibrante. Es cuestión de hacer
un poco de memoria.
El Prof. Juan Facendo, vino al mundo un 2 de enero
de 1935, en la población de Cantaura. Estudio primaria en la escuela Alirio
Arreaza de San José de Guanipa, el bachillerato lo obtuvo, después de muchos
tropiezos, por libre escolaridad. En el año 1954 se enroló en la Infantería de Marina y
lo destacaron 1 año en Maiquetía y otro en Carúpano. Egresó con el grado de
cabo primero, pero con la satisfacción de haber desarrollado su vocación,
capacidad y habilidades deportivas. Esa destacada actuación en la milicia, le
hizo merecedor en los 2 años que estuvo en La Fuerza Armada , del
premio “Espíritu deportivo” de forma consecutiva. Una vez de que cumplió el
tiempo de su servicio militar obligatorio, no quiso seguir la carrera a la cual
tenía oportunidad, pidió la baja y ante esa decisión irrevocable, el oficial riocaribero, Molinas Villegas, del
cual era pupilo y amplio conocedor de su potencial en la materia deportiva, le
solicitó que viajará al estado Yaracuy para que cubriera una plaza como Prof.
de Educación Física, disciplina que se había convertido en materia obligatoria,
de acuerdo a la Ley
de Educación que fue promulgada en el año
1955. Ni lo consideró, le agradeció el gesto, no aceptó y regresó a El Tigrito
dónde la familia había fijado residencia. El tiempo pareciera le dio la razón.
El destino le tenía reservado un rol protagónico en esta bella región del sur
de Anzoátegui.
En ese tiempo, el único liceo de la zona era el
Pedro Briceño Méndez que funcionaba en El Tigre y, como a nadie la falta Dios,
un grupo de amigos, dónde destacaban Gilberto Sánchez (Perro pelao), Nicasio
Sifontes y Pala e’ bola, con quienes socializaba casi familiarmente, al verlo
desempleado y estar al tanto de sus amplias luces deportivas, disciplina y gran
responsabilidad, lo recomendaron al entonces director del liceo Pedro Briceño
Méndez, el Prof. José Antonio Meléndez, quien le entregó el encargo de la novel
cátedra de educación física y deporte.. Esa oportunidad la aprovechó para
emplearse a fondo y, demostrar con creces, que cuando se tiene conocimiento de
causa, disposición, orden, mística y se cuenta con una cantera virgen de
deportistas invisible en el colectivo estudiantil, la tarea no es tan difícil. La idea, es ir perfilando y puliendo a los más
competentes, destacados, con probada vocación y espíritu deportivo. En esa masa
liceísta encontró un semillero que le permitió construir un imperio deportivo
con resonancia nacional e internacional. Un exitoso caza talento, pues.
El Liceo Pedro Briceño Méndez, era relativamente
pequeño. Contaba apenas con 8 secciones y el cuerpo profesoral estaba
compuesto, entre otros por Jesús López castro, José Eusebio Sierra, Ramón
Parejo Gómez, los hermanos Luís y Nelson Chang, Armin Sifontes, Pérez Osuna y
José Manuel Coa. La sede eran unas instalaciones muy precarias, ubicadas en la
tercera carrera norte, que no contaban con áreas adecuadas para la práctica de
la disciplina deportiva. Esa limitación no fue obstáculo para que el joven profesor
Juan Facendo, iniciara sus actividades docentes. Improvisó un salón para
educación física, una cancha de voleibol en las adyacencias del liceo y se las
ingeniaba para que los estudiantes practicaran los deportes de pista y campo en
los terrenos que hoy ocupan la Plaza
Bolívar. ¿Y el presupuesto para adquirir los útiles
deportivos? Misión imposible del presupuesto institucional. Esa necesidad hizo
que avivara la creatividad para adelantar un plan. Le solicitó al director José
Antonio Meléndez los recursos económicos para la dotación y este le contestó
muy circunspecto. “Mi amigo, el dinero con el cual contamos en la institución,
es para comprar tiza, papel y no alcanza para peloteos” No hay problemas. Había
que entender la estrechez económica. Entonces, Juan le solicitó un oficio,
dónde le autorizará en nombre de la institución, solicitar colaboración en la industria, el
comercio, clubes sociales y algunas individuales. Le concedió el oficio y, un
día salió con un amigo en una pick up vieja de su propiedad y, ¡Sorpresa! en la
tarde regresó, para fascinación de propios y extraños, con la cajuela del
vehículo full. Una muestra más de que cuando se quiere se puede. Todo inicio es
difícil, pero no imposible.
Un año después, un buen día, lo solicitó el Prof.
Bartolomé Marín – que como profesor del liceo Pedro Briceño Méndez, había
ascendido a supervisor y le notificó, que en Ciudad Bolívar se celebrarían los
juegos nacionales Inter liceístas, exhortándolo a que organizara una delegación
para que viajara a esas competencias y, displicentemente le dijo: “todas las
delegaciones que asistirán son de mucha categoría y con experiencia, pero ustedes deben participar para cumplir con el
protocolo y al menos hagan bulto”. El comentario no lo amilanó y procedió a confeccionar
equipos en las disciplinas de Atletismo, béisbol, bolas criollas, pin pong,
fútbol y voleibol. No tenían como trasladarse y solicitaron la colaboración a
“Transporte Boada” que les asignó una unidad para los atletas, cuyo conductor
era “El negro Higinio”. Juan, que poseía su vieja pick up Chevrolet, se hizo acompañar por el Prof. Nelson Chang y
cómo no tenían credenciales para conducir, invitaron como chofer a Enrique
Sánchez (Gusano ‘e leche) que estaba recién llegado de Trinidad and Tobago, dónde
había cursado estudios de inglés y viajaron. Llegó la delegación al escenario
de los juego y el elíptico bulto se convirtió en una caja de Pandora. La vida
te da sorpresas / sorpresas te da la vida. Rubén Blades, dixit.
En la misma tarde ganaron todas las competencias de
atletismo. Iniciaban, sin saberlo con esa hazaña primigenia, las glorias deportivas del liceo Pedro Briceño
Méndez. El otro día, hizo lo propio el equipo de fútbol, que integraban.
Maldonado (Garrote), Serbio Enrique Gómez (El indio), Rafael Gutiérrez (Macizo)
Dennis Jiménez (Pechito) en la defensa. Rubén Guevara y Enrique Sánchez (Cabeza
e’ bola) en la media cancha y los delanteros Aníbal Velásquez (Planchita),
Maglio Morales Dregue, Abigail Velásquez y Nelson Bermúdez (Hueco flojo) que
resulto campeón goleador. El portero estrella fue Elpidio Durán y su suplente
Luís La Roche Abreu.
El bulto, ante la mirada atónita de las delegaciones participantes, continuaba
produciendo sorpresas y mucho orgullo estudiantil. El enemigo por muy pequeño o
bisoño que sea es temible. Demostrado.
En la tarde el equipo de béisbol, que integraban en
la receptoría Cesar Manuel Millán (Rosboro), en la inicial La Pelona Díaz , en la intermedia
“El Chino” Campos, en el short stop Franchi, en la esquina caliente el otro
“Chino Campos, el jardín izquierdo “El
indio Cueche” en el centro Alejo Carbonell y en la pradera derecha el popular
Filipudo, continúo la fiesta. Otra
sorpresa más. El equipo se anotó la victoria 6 a 0 con una actuación impecable
de Saturnino “Lulo” Franco, que se llenó de glorias al lanzar un no hit no run
y para coronar la escena, los otros lanzadores Pedro Gómez y Julián Salazar,
lanzaron primores y obtuvieron invictos el campeonato. Esos triunfos
estimularon a los otros equipos que lucían la camiseta del liceo Pedro Briceño
Méndez: en voleibol lograron el segundo
lugar, en bolas criollas fueron campeones, en atletismo perdieron una sola
prueba, el baloncesto llegó segundo y en pin pong llegaron en el tercer
lugar. El bulto del Liceo “Pedro Briceño
Méndez fue la indiscutible caja de Pandora. Ese fue el inicio de la época de
oro del deporte briceñomendino. Eso no lo discute nadie que conozca la historia
deportiva liceísta del municipio. Orgullo deportivo de El Tigre, oriente y
Venezuela.
Fue tan espectacular la trascendencia de los
triunfos obtenidos por los atletas del liceo Pedro Briceño Méndez, que el
supervisor Bartolomé Marín, buscó a Juan Facendo y le preguntó un tanto
sorprendido y confundido ¿Indiecito como hiciste ese milagro? A lo que el
indiecito le respondió “Profesor yo conozco la disciplina deportiva, no soy
docente de escritorio que muestro el camino con el dedo, yo camino delante para
señalarlo” Excelente respuesta. Hay que predicar con el ejemplo, adicionaría
este humilde escribidor. Esa contundente respuesta no tuvo desperdicio. En el
tiempo quedó demostrado que ese exitoso arranque del año 1957, fue el preludio
de una brillante, triunfante y destacada actuación que se mantuvo hasta que en el año 1988, cuando por la intermediación
del Prof. Eduardo Alfonzo, a la sazón, Presidente de Asociación de Atletismo,
Juan Facendo obtuvo su ansiada jubilación. Era el momento del descanso del
guerrero y entregar el testigo. En el año 1994, su saludable, enérgica y
vigoroso estado físico, fue sacudido por un ACV, el cual prácticamente lo sacó
de circulación, pero que no le arrebató su espíritu deportivo, su afición y
mucho menos su preocupación por la marcha del deporte en el municipio y sus
instalaciones deportivas. El Prof. Juan Facendo, insiste en recordar que el
gimnasio cubierto y la pista sintética, son las instalaciones más accesibles a
las clases populares. En ese sentido, exhorta a los gobiernos, atletas y
personal de mantenimiento, conservarlas en óptimas condiciones, para que el
pueblo humilde pueda desarrollar sus potencialidades deportivas. Es un llamado
a la conciencia de la propiedad colectiva. Hay que tener sentido de
pertenencia. Vamos a cuidar y mantener lo nuestro. Más sabe el indiecito por
versado en la materia que por crítico. El que no coge consejos no llega a
viejo.
Juan Facendo y su distinguida esposa Rosita, como
protagonistas de primera línea de las glorias del deporte briceñomendino y
tígrense en general, son ejemplo de juventudes y, desde estos humildes destellos,
exaltamos sus figuras, rememoramos sus glorias y recreamos sólo el inicio de
esa grandiosa etapa deportiva, que permaneció por mucho tiempo en el liceo
Pedro Briceño Méndez y hacemos referencia a algunos de los atletas que hicieron
posible esa gesta memorable, como una forma de rendir tributo a los deportistas
del municipio, el estado, Venezuela y el mundo, en la antesala a la celebración
del día del deporte, que se celebra este miércoles 6 de enero, día de Reyes. Es
obvio, desde luego, que también tenemos la firme aspiración de que, cuando
nuestros eximios cronistas, investigadores del pasado e historiadores, decidan
escribir la verdadera y autentica historia de la ciudad, que nació a al calor
del oro negro, los puedan incluir en el disco duro de nuestra memoria
histórica. ¡Vale la pena!
sjose1@cantv.net 0414-3838097 El Tigre, enero de 2011
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