Una práctica generalizada en la vida cotidiana de hoy es usar plásticos no adecuados para calentar alimentos en los microondas. Cada día cientos miles de empleados de oficinas, fábricas y centros de enseñanza, incluidos estudiantes de todas las edades, usan a la hora del almuerzo envases y embalajes de plásticos no aptos para microondas que favorecen la migración de químicos del plástico a la comida por la acción del calor del alimento sobre el plástico.
La migración de envases a alimentos está regulada por la normativa vigente y sólo una mala utilización o fabricación rompe la línea de seguridad.
En principio, si el fabricante no lo menciona expresamente (por ejemplo diciendo: introducca en el microondas, el envase, la bolsa...), no use plásticos con alimentos en los microondas. Este electrodoméstico fue diseñado para usar vidrio y cerámica a la hora de calentar o cocinar alimentos en ellos. Hoy algunos hornos más modernos llegan a permitir hasta cierto tipo de metales en su interior.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que "plásticos no adecuados para el horno microondas" y otros materiales "podrían derretirse o explotar en llamas si se recalientan". Las microondas no calientan directamente los contenedores de alimento que están diseñados para cocinar en microondas. Estos materiales usualmente se calientan solamente por estar en contacto con el alimento caliente.
Otra práctica asombrosamente usual es servir café o té calientes en vasos de plásticos no aptos para ese uso. Algunas personas, de forma anormal, no tienen reparos en llevarse la bebida a la boca aunque el vaso de plástico presente signos de haberse derretido en parte.
Este tipo de horno ha sido junto con el frigorífico y el congelador uno de los elementos que más ha revolucionado la forma de cocinar. La preparación de alimentos mediante el microondas tiene diferencias claras con los procedimientos tradicionales de cocción.
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