Con el lema "Fumar mata" se trata de prevenir los riesgos del tabaquismo mediante la promoción del abandono del hábito
Este Día Mundial sin fumar, se
enfatiza en la necesidad de abandonar el hábito del tabaco.
En Latinoamérica, el 80% de los casos de cáncer de pulmón se asocia con el consumo
de cigarro, de acuerdo con el Informe Salud 2004.
El cáncer de pulmón tiene la tasa de mortalidad más alta de todas las enfermedades causadas por el consumo de cigarrillo y la duración del hábito es determinante del riesgo, por lo que el inicio del consumo en la adolescencia incrementa en gran medida el riesgo de desarrollar este tumor.
El cáncer de pulmón, junto con el de tráquea y bronquios, concentró el 11% de las muertes por neoplasias y alcanzó una tasa de seis por cada 100 mil habitantes. Es más común en la población masculina, en la que se duplicó la mortalidad por esta causa, en comparación con la femenina, sobre todo a partir de los 45 años de edad, de acuerdo con el Registro Histopatológico de Neoplasias Malignas de 2000, de la Secretaría de Salud.
Este cáncer es uno de los 25 padecimientos asociados al consumo de tabaco, responsables diariamente de la muerte de 147 personas. Sin embargo, quien deja de fumar, después de cinco o seis años disminuye 20 veces la probabilidad de desarrollar cáncer de pulmón.
El cáncer pulmonar se caracteriza por el crecimiento acelerado y desorganizado de las células que forman los órganos y tejidos del cuerpo, debido a diversos agentes como sustancias químicas, radiaciones ionizantes o virus.
El cáncer comienza con cambios celulares en los bronquios y puede invadir otros tejidos antes de que los síntomas se manifiesten y a pesar de que existen muchos tipos, los más comunes son los de células pequeñas y no pequeñas.
Es un proceso que se desarrolla durante años y en algunos casos décadas, con un consumo de una a dos cajetillas diarias. Se da cuando las células del epitelio respiratorio que revisten las vías aéreas del pulmón se exponen continuamente a los carcinógenos contenidos en el humo del tabaco por el consumo de cigarrillo.
Cuando se debe a consumo de tabaco, las alteraciones celulares no se eliminan por completo hasta después de más de cinco años de haber dejado de fumar. Entre más cantidad de cigarrillos fumados por día y prematuro sea el hábito, mayor es el riesgo de desarrollar cáncer. Existen otros factores que incrementan el riesgo, como los hereditarios o de susceptibilidad propia de la persona.
Los síntomas comunes en quien padece cáncer pulmonar son tos persistente, esputo sanguinolento, falta de aire, dolor de pecho, pérdida de apetito y de peso, debilidad, dificultades para tragar o hablar, palidez, coloración de la piel oscuro o claro.
Su detección se puede hacer mediante auscultación con estetoscopio para identificar el silbido persistente, acompañado de un examen de manos que muestre dedos “en palillo de tambos; es decir, ensanchamiento de la punta de los dedos. De resultar positivos, se realiza una radiografía de tórax para detectar si hay o no sombra en el pulmón, de ser así, se practica una broncoscopía.
Si el tumor no se ha extendido más allá del pulmón, se puede extirpar quirúrgicamente, de lo contrario se recurre a radioterapia y quimioterapia, según el tipo que sea.
La medida más efectiva para evitar el desarrollo de cáncer de pulmón es dejar de fumar. Para ello, en Venezuela hay clínicas para dejar de fumar en todo el país, donde la persona recibe atención integral gratuita y se le ofrecen diversas estrategias para evitar este hábito, como terapias de nicotina, psicológica y parches. Para quienes son pacientes crónicos, se les brinda servicio médico para conocer su estado funcional respiratorio.
El cáncer de pulmón tiene la tasa de mortalidad más alta de todas las enfermedades causadas por el consumo de cigarrillo y la duración del hábito es determinante del riesgo, por lo que el inicio del consumo en la adolescencia incrementa en gran medida el riesgo de desarrollar este tumor.
El cáncer de pulmón, junto con el de tráquea y bronquios, concentró el 11% de las muertes por neoplasias y alcanzó una tasa de seis por cada 100 mil habitantes. Es más común en la población masculina, en la que se duplicó la mortalidad por esta causa, en comparación con la femenina, sobre todo a partir de los 45 años de edad, de acuerdo con el Registro Histopatológico de Neoplasias Malignas de 2000, de la Secretaría de Salud.
Este cáncer es uno de los 25 padecimientos asociados al consumo de tabaco, responsables diariamente de la muerte de 147 personas. Sin embargo, quien deja de fumar, después de cinco o seis años disminuye 20 veces la probabilidad de desarrollar cáncer de pulmón.
El cáncer pulmonar se caracteriza por el crecimiento acelerado y desorganizado de las células que forman los órganos y tejidos del cuerpo, debido a diversos agentes como sustancias químicas, radiaciones ionizantes o virus.
El cáncer comienza con cambios celulares en los bronquios y puede invadir otros tejidos antes de que los síntomas se manifiesten y a pesar de que existen muchos tipos, los más comunes son los de células pequeñas y no pequeñas.
Es un proceso que se desarrolla durante años y en algunos casos décadas, con un consumo de una a dos cajetillas diarias. Se da cuando las células del epitelio respiratorio que revisten las vías aéreas del pulmón se exponen continuamente a los carcinógenos contenidos en el humo del tabaco por el consumo de cigarrillo.
Cuando se debe a consumo de tabaco, las alteraciones celulares no se eliminan por completo hasta después de más de cinco años de haber dejado de fumar. Entre más cantidad de cigarrillos fumados por día y prematuro sea el hábito, mayor es el riesgo de desarrollar cáncer. Existen otros factores que incrementan el riesgo, como los hereditarios o de susceptibilidad propia de la persona.
Los síntomas comunes en quien padece cáncer pulmonar son tos persistente, esputo sanguinolento, falta de aire, dolor de pecho, pérdida de apetito y de peso, debilidad, dificultades para tragar o hablar, palidez, coloración de la piel oscuro o claro.
Su detección se puede hacer mediante auscultación con estetoscopio para identificar el silbido persistente, acompañado de un examen de manos que muestre dedos “en palillo de tambos; es decir, ensanchamiento de la punta de los dedos. De resultar positivos, se realiza una radiografía de tórax para detectar si hay o no sombra en el pulmón, de ser así, se practica una broncoscopía.
Si el tumor no se ha extendido más allá del pulmón, se puede extirpar quirúrgicamente, de lo contrario se recurre a radioterapia y quimioterapia, según el tipo que sea.
La medida más efectiva para evitar el desarrollo de cáncer de pulmón es dejar de fumar. Para ello, en Venezuela hay clínicas para dejar de fumar en todo el país, donde la persona recibe atención integral gratuita y se le ofrecen diversas estrategias para evitar este hábito, como terapias de nicotina, psicológica y parches. Para quienes son pacientes crónicos, se les brinda servicio médico para conocer su estado funcional respiratorio.